21 agosto 2015

Memoria selectiva

Viendo a las familias de niñes intersexuales que comienzan a conocerse, me hace recordar mis inicios como madre de un niño transexual. Los meses que tardé en conseguir contactar con la primera familia que tuviera otro hijo (o hija), y que solo lo conseguí porque nos decidimos a hacer un documental. Lo despistadas y desesperadas que estábamos todas al principio. Las ganas de luchar, aunque algunas más que otras, a qué negarlo. Pero la gente se mojaba. Las familias participaban. Querían formar parte de la lucha, del apoyo. Hoy por mí, mañana por ti. Hoy me ayudan a mí, mañana ayudo yo.

Ahora no, ahora la mayoría que se acerca a las organizaciones lo hace midiendo lo que te dan, lo que te ofrecen. Ya no se trata de unirse, se trata de que te contenten. En fin.

No hay comentarios: