18 junio 2019

Estoy viviendo en un lapsus

Estoy viviendo en un lapsus. Es una sensación recurrente en mi vida. Me he sentido en un lapsus durante la mayor parte de mi existencia, solo que ahora tengo cincuenta años y me voy haciendo más consciente de lo que eso significa.
Vivir en un intermedio de la vida es desasosegante. Añoras algo de rutina y estabilidad, incluso cuando eres una picaflores como yo. Suele provocar ansiedad por la incertidumbre, porque todo está en el aire, porque no hay nada seguro, porque no sabes en qué quedará todo cuando se asiente.
Pero asumir que vives en un lapsus te libera de ese estrés. Te dejas acunar por la inevitabilidad de los plazos que se alargan sin que puedas hacer nada para acortarlos. Te dejas llevar, pensando lo menos posible para angustiarte lo menos posible. Así muy en un plan cómodo estoico de "no depende de mí", de "lo que el destino tenga escrito para mí", de "por mucho que me cabree no voy a adelantar nada". Estos momentos me hacen entender perfectamente el concepto de resilencia, que es un concepto con trampa para que aguantemos todo lo que nos echan sin quejarnos (lo que equivale a no movilizarnos para cambiarlo). También me llevan a comprender el concepto de la indefensión aprendida, o aprehendida, las dos funcionan igual después de todo. Joder, si es que no podemos hacer nada para cambiar nada. Somos puras mierdas sin voz que, hagamos lo que hagamos, nos agotaremos antes de suponer algo más que una rascada de nalgas en una persona con poder.
Esos son los lapsus. Esos abrigos de irresponsabilidad y despreocupación donde no merece la pena que empieces nada, ni continúes nada, porque sientes que no estás al completo porque tú no eres tú, sino que tú eres todas esas cosas que todavía no han aterrizado para hacer de ti un tú completo.
Desde que Fede enfermó yo entré en estado lapsus. Donde todo se aparca y nada importa más que vivir lo que va surgiendo cada día, sin poder planear nada para el futuro que es más incierto que nunca. Cuando Fede murió, no quise salir de ese estado de incertidumbre, de no tomar decisiones, de ya se verá qué ocurre.
La realidad se impuso y tuve que tomar muchas decisiones que me provocaron todavía más ansiedad. Tuve que pelear mucho, absurdamente, sin sentido, mientras he procurado mantenerme segura en mi útero del lapsus. Y ha sido esta actitud mía la que ha condicionado las acciones que han afectado a mi vida (aquí entro en otro estadio, donde quien no entienda la espiritualidad y la brujería no me va a entender): Yo quiero avanzar, quiero estar en mi casa, que estoy acondicionando para sentirme en ella lo más agusto posible. Quiero hacer muchas cosas. Quiero volver a retomar mi espiritualidad para con la Diosa, con la Madre Tierra que es la Diosa, conmigo que soy la Diosa, reconciliarme con el mundo que es la Diosa. Quiero cuidarme y cuidar a mi descendencia, y de paso cuidar el medio ambiente, las plantas, los animales, toda la Tierra que también es cuidarme yo y cuidar a mi descendencia. Pero todo eso conlleva una responsabilidad que se posterga mientras vives en un lapsus. Vivir en un lapsus es vivir en una trampa, que te provoca ansiedad porque vives así, pero te provoca ansiedad abandolarlo. Así es que la energía que despides es de miedo, de inmovilismo, de pereza, de no me siento a gusto pero prefiero que esto no cambie todavía. Y el universo te devuelve lo que pides. Todo se ralentiza, todo se alarga, nada avanza, todo son problemas e impedimentos, no llegas a ninguna meta. Es lo que quieres y es lo que tienes.
Así que aquí me veis luchando entre lo que sé que debería ser más sano, y lo que es más cómodo para mí aunque flaco favor me esté haciendo a mi recuperación. Sigo viviendo en un lapso cuyo fin cada vez está más cerca (aunque debería haberse acabado hace tres meses), y la ansiedad me muestra que lo que me desasosegaba no era estar presa del lapso, sino acabar con él.
Temo haberme explicado como el pedo con tantas interrupciones que he tenido, pero hoy por hoy no doy para más.

17 junio 2019

Orientación sexual e identidad de género. Manual de instrucciones

#FELGTB Con la de años que lleváis en el activismo, ya es para que os hubiéseis puesto las pilas. Son genitales gestantes y genitales inseminantes o fecundantes. Y ni siquiera, porque hay personas inter que también son trans. Para ser trans sólo hay que no acertar con la identidad que te asignan al nacer, lo que también les ocurre a muchas personas inter. Y dejad los genitales en paz, por favora ya. Qué obsesión tiene el personal cis con lo que otres tienen entre las piernas, Diosa!


Editado: Eliminaron el vídeo. Tardaron, fue un escándalo, pero lo eliminaron al final. Tiene narices lo que costó. Incluso engañaron a les actores trans que participaron :(